Sergio Larrain (1931-2012, born in Valparaiso, Chile) grew
up in Chile, but left at age eighteen to study at the University of California,
Berkeley. Upon his return he began taking photographs in the streets of
Santiago and Valparaiso; and the early purchase of two images by the Museum of
Modern Art, New York, reassured him in his chosen profession. Impressed by
Henri Cartier-Bresson's photographs, Larrain presented the photographer his
work on los abandonados (street children in Santiago) during a trip to Europe.
Cartier-Bresson then invited Larrain to join Magnum in 1960; around this time
he also began what would become a legendary project on Valparaiso with a text
by poet Pablo Neruda.
A notoriously reclusive artist, Sergio Larrain has
nonetheless become a touchstone for those who have come to know and love his
work, including authors Roberto Bolaño and Julio Cortázar. Larrain's experimental process yielded images
that transformed the fixed nature of the medium. His images have left
generations of viewers in awe of the simultaneous serenity and spontaneity that
a camera can capture-when placed, that is, in the hands of an artist with such
rare meditative passion. "A good image is born from a state of
grace," the artist once explained.
Following a creatively fertile period in the 1950s and '60s,
Larrain put away his camera and devoted himself to the solitary pursuit of
spiritual mysticism, a decision that further contributed to his reputation as a
romantic, a "fatal personage," in the words of Bolaño.
SPANISH
Sergio Larraín (1931-2012, nacido en Valparaíso, Chile)
creció en Chile, pero se fue a los dieciocho años para estudiar en la
Universidad de California, Berkeley. A su regreso comenzó a tomar fotografías
en las calles de Santiago y Valparaíso; y la temprana compra de dos imágenes
por el Museo de Arte Moderno de Nueva York le tranquilizó en su profesión
elegida. Impresionado por las fotografías de Henri Cartier-Bresson, Larraín
presentó al fotógrafo su trabajo sobre los abandonados (niños de la calle en
Santiago) durante un viaje a Europa. Cartier-Bresson invitó entonces a Larrain
a unirse a Magnum en 1960; por esta época también inició lo que se convertiría
en un proyecto legendario sobre Valparaíso con un texto del poeta Pablo Neruda.
Sergio Larraín, artista notoriamente solitario, se ha
convertido sin embargo en una piedra de toque para quienes han conocido y amado
su obra, entre ellos los autores Roberto Bolaño y Julio Cortázar. El proceso experimental de Larrain produjo
imágenes que transformaron la naturaleza fija del medio. Sus imágenes han
dejado a generaciones de espectadores asombrados por la serenidad y
espontaneidad simultáneas que una cámara puede captar cuando se coloca, es
decir, en las manos de un artista con una pasión meditativa tan poco común.
"Una buena imagen nace de un estado de gracia", explicó una vez el
artista.
Después de un período creativo y fértil en los años 50 y 60,
Larraín dejó su cámara y se dedicó a la búsqueda solitaria de la mística
espiritual, una decisión que contribuyó aún más a su reputación de romántico,
un "personaje fatal", en palabras de Bolaño.